Diabetes y riesgo cardiovascular: cómo proteger tu corazón
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La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, esta enfermedad no es solo una cuestión de niveles de azúcar en la sangre. En realidad, la diabetes es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares.
Los estudios han demostrado que las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares. En este artículo, hablaremos sobre la relación entre la diabetes y riesgo cardiovascular. Además, te daremos consejos para proteger el corazón cuando se tiene diabetes.
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que está muy presente en la sociedad. Sin embargo, lo que muchos pacientes no saben es que diabetes y riesgo cardiovascular están estrechamente relacionados.
Asimismo, las personas con diabetes tienden a desarrollar enfermedades cardíacas a una edad más temprana que las personas sin diabetes.
El riesgo cardiovascular (RCV) se refiere a la probabilidad de que una persona desarrolle una enfermedad cardiovascular en un período de tiempo determinado. Una enfermedad cardiovascular es aquella que involucra el corazón o los vasos sanguíneos, como el ataque de corazón o un derrame cerebral.
El RCV se calcula en función de varios factores. Algunos de estos son modificables, como la diabetes, la dislipidemia, el tabaquismo, la hipertensión arterial, el sobrepeso u obesidad, y el sedentarismo.
Hay dos tipos principales de diabetes: diabetes mellitus tipo 1 y diabetes mellitus tipo 2. Ambas formas de diabetes pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Esto es debido a que durante la diabetes hay hiperglucemia. La hiperglucemia, o niveles elevados de azúcar en sangre, es uno de los principales culpables de este aumento en el riesgo cardiovascular. De hecho, en 2017 la hiperglucemia fue el tercer factor de riesgo que provocó más muertes en el mundo. Los otros dos factores de riesgo fueron la hipertensión arterial y el tabaquismo. En concreto, la hiperglucemia es responsable del 22% de las muertes por cardiopatía isquémica y el 16% de las muertes por infartos cerebrales.
La hiperglucemia crónica daña las paredes de los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de acumulación de placa en las arterias. La acumulación de placa reduce el flujo sanguíneo al corazón. Como consecuencia, puede provocar enfermedad de las arterias coronarias.
Además, la diabetes también puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos. Esto es debido a la disminución de la capacidad del cuerpo para disolver los coágulos. Por consiguiente, puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Aunque existe una fuerte conexión entre diabetes y riesgo cardiovascular, hay buenas noticias. Afortunadamente, adoptar medidas preventivas y de control puede marcar la diferencia.
Hay varias formas de proteger la correlación entre diabetes y riesgo cardiovascular. Según el Grupo de Trabajo Diabetes y Riesgo Cardiovascular de la Sociedad Española de Diabetes (SED), hay 7 recomendaciones principales:
Una de las bases fundamentales para controlar la diabetes es llevar una alimentación adecuada. Una dieta equilibrada es esencial para mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control y prevenir complicaciones. En este sentido, la dieta mediterránea se presenta como una opción cardiosaludable y beneficiosa para las personas con diabetes.
Se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva. Además, se recomienda un consumo moderado de pescado y carnes magras. Limita el consumo de productos lácteos, carnes rojas, carnes procesadas y dulces.
Para aquellos que deseen perder peso, se recomienda que la dieta no sea muy restrictiva, como se observó en estudios previos. En lugar de enfocarse en una dieta hipocalórica “pobre” en grasa, se promueve una dieta mediterránea discretamente hipocalórica, acompañada de actividad física moderada.
El consumo de fibra y alimentos integrales también es esencial. Evita las bebidas azucaradas y limita las grasas saturadas. La distribución adecuada de las calorías a lo largo del día es un factor importante para evitar el sobrepeso y mantener niveles de azúcar estables.
El ejercicio físico regular es un aliado poderoso en el control de la diabetes. No solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también mejora la sensibilidad a la insulina y reduce el riesgo de diabetes.
Se recomienda al menos 150 minutos de actividad física aeróbica moderada por semana, repartidos en al menos 3 días. Esto puede incluir caminar, nadar, ir en bicicleta o cualquier otra actividad que disfrutes. El ejercicio también puede aumentar tus niveles de colesterol HDL, que es beneficioso para tu salud cardiovascular.
Es fundamental que las personas que están con tratamiento con insulina, presten especial atención a sus niveles de azúcar en sangre antes, durante y después del ejercicio para evitar hipoglucemias.
El tabaco es el principal factor de riesgo cardiovascular modificable en personas con diabetes. Dejar de fumar es esencial para reducir el riesgo de complicaciones graves. Si eres fumador y tienes diabetes, busca apoyo en unidades de deshabituación tabáquica. Dejar de fumar no solo mejora tu salud cardiovascular, sino que también beneficia el control de la diabetes.
La obesidad, definida como una acumulación anormal o excesiva de grasa, no solo afecta la estética, sino que representa un importante problema de salud. Además de posibles influencias genéticas, los factores ambientales y el estilo de vida juegan un papel crucial en su desarrollo. Uno de los principales objetivos del tratamiento de la obesidad es reducir el porcentaje de grasa corporal.
Esto, puede llevar a una mejora en los factores de riesgo asociados. A su vez, puede reducir complicaciones y mejorar la calidad de vida.
Diversos estudios han demostrado que un aumento en la grasa corporal se asocia con un mayor riesgo de diabetes. Por ejemplo, los hombres con un índice de masa corporal (IMC) de 35 kg/m² tienen un riesgo 40 veces mayor de desarrollar diabetes en comparación con aquellos con un IMC de 23 kg/m². La buena noticia es que pequeñas pérdidas de peso, de alrededor del 5-10%, pueden llevar a un mejor control de los parámetros clínicos y metabólicos.
La cirugía bariátrica son técnicas quirúrgicas que han demostrado ser efectivas en la pérdida de peso en personas con obesidad grave.
Las guías clínicas respaldan su indicación en pacientes con un IMC superior a 35 kg/m² y diabetes tipo 2. Está indicada cuando el control de la diabetes y las comorbilidades resulta complicado mediante otros enfoques. Estos enfoques pueden ser el estilo de vida saludable y tratamientos farmacológicos.
Es importante destacar que esta opción debe evaluarse cuidadosamente en cada caso y discutirse con un equipo médico especializado.
Uno de los pilares fundamentales en el manejo de la diabetes es el control glucémico. Mantener tus niveles de azúcar en sangre bajo control es esencial para prevenir complicaciones y mejorar tu calidad de vida.
Para evaluar el control de la diabetes, los médicos suelen utilizar una herramienta llamada hemoglobina glicosilada (HbA1c). Esta prueba mide tu nivel promedio de glucosa en sangre durante los últimos 2-3 meses. Un nivel de HbA1c igual o superior al 6,5% se considera un indicador de diabetes.
Es importante recordar que no todas las personas son iguales, y las preferencias del paciente pueden influir en la elección de las pruebas diagnósticas. Algunos pacientes pueden encontrar incómodo el ayuno requerido para las mediciones de glucosa en ayunas. En tales casos, la HbA1c es una alternativa valiosa.
Se ha demostrado que reducir la HbA1c en un 0,9% puede reducir los episodios cardiovasculares en un 10-15%. Apuntar a un nivel de HbA1c cercano al 7% es una meta razonable para muchas personas con diabetes.
Sin embargo, el enfoque exacto de control glucémico puede variar según el individuo:
La elección del enfoque debe ser individualizada y discutida en detalle con tu equipo médico. Trabaja en estrecha colaboración con tu equipo médico para determinar tus objetivos de control glucémico y las mejores estrategias de tratamiento para ti. Tu compromiso y esfuerzo son esenciales en esta lucha contra la diabetes.
El control de la presión arterial es otro aspecto crucial en el cuidado de la diabetes. Mantener una presión arterial saludable puede ayudar a prevenir complicaciones y mejorar tu calidad de vida.
Las nuevas pautas europeas para la prevención cardiovascular han reforzado las recomendaciones previas sobre el control de la hipertensión arterial en las personas con diabetes. Esto significa que se recomienda medir la presión arterial en cada visita médica. Si se detectan niveles elevados (hipertensión), es fundamental realizar un seguimiento adecuado.
Los objetivos de control de la presión arterial deben individualizarse. De forma general son:
En algunos casos, especialmente en personas más jóvenes y aquellos con microalbuminuria, se pueden establecer objetivos más estrictos. En estas situaciones puede recomendarse mantener la presión sistólica por debajo de 130 mm Hg. Sin embargo, puede variar según la edad y las comorbilidades.
Si se confirma que tienes una presión arterial igual o superior a 140/90 mm Hg, es importante tomar medidas. Junto con cambios en el estilo de vida, como pérdida de peso si es necesario, se pueden seguir los consejos de la Dietary Approaches to Stop Hypertension (Enfoques Alimenticios para Detener la Hipertensión). Este enfoque incluye reducir la ingesta de sodio, aumentar la ingesta de potasio, reducir el consumo de alcohol y aumentar la actividad física.
En algunos casos, puede ser necesario iniciar un tratamiento farmacológico si no se logra un control adecuado de la presión arterial a través de cambios en el estilo de vida. Para las personas con diabetes e hipertensión arterial, se recomienda el uso de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA II). Estos medicamentos ofrecen una mayor protección contra la aparición o progresión de la enfermedad renal.
Para alcanzar los objetivos de control de la presión arterial, es posible que necesites combinar dos o más medicamentos en sus dosis máximas toleradas. Además, se ha observado que tomar uno o más de estos medicamentos antes de acostarse puede ayudar a controlar la hipertensión nocturna. Este tipo de hipertensión es el predictor más importante de eventos cardiovasculares.
Los lípidos, como el colesterol, desempeñan un papel crucial en el desarrollo y la progresión de las enfermedades cardiovasculares. Para asegurarte mantener tus lípidos bajo control, es necesario medir tu perfil lipídico de forma regular.
El objetivo clásico para los niveles de colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad (cLDL) es:
Para mejorar tus niveles de lípidos, se recomienda comenzar con modificaciones en el estilo de vida. Esto incluye reducir el consumo de grasas saturadas, grasas trans y colesterol. Asimismo, aumentar la ingesta de ácidos grasos omega-3, consumir más fibra soluble, perder peso si es necesario y aumentar la actividad física.
Además de estos cambios en el estilo de vida, es probable que necesites medicamentos para lograr tus objetivos de lípidos. Las estatinas son un tipo de medicamento que se usa ampliamente para reducir los niveles de cLDL. Estos medicamentos son particularmente importantes para las personas con diabetes y enfermedad cardiovascular establecida.
Las estatinas son altamente eficaces para reducir los episodios cardiovasculares, pero es importante tener en cuenta que también se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes. Sin embargo, se ha demostrado que los beneficios cardiovasculares superan el riesgo de diabetes, incluso entre las personas con un mayor riesgo de desarrollar diabetes.
Es importante mencionar que no todas las estatinas son iguales, y hay diferencias en su potencial efecto diabético. A pesar de esto, las estatinas siguen siendo la principal herramienta para reducir el riesgo cardiovascular al reducir los niveles de cLDL.
Recientemente, ha habido un cambio en la forma en que se aborda el tratamiento con estatinas. Antes, el objetivo terapéutico estaba en los niveles de cLDL. Sin embargo, las nuevas pautas sugieren que el enfoque debe basarse en la tolerancia de las estatinas y en su efecto a dosis fijas según el riesgo cardiovascular. Esto significa que la dosis y el tratamiento se personalizan según el riesgo de cada paciente.
El objetivo es reducir el riesgo cardiovascular en lugar de alcanzar ciertos niveles específicos de cLDL. Esto cambia la forma en que se aborda el tratamiento y enfatiza la importancia de la adherencia al tratamiento.
La prevención primaria se refiere a evitar problemas en personas sin enfermedad cardiovascular establecida. En estos casos, se recomienda una dosis baja de ácido acetilsalicílico (100 mg/día) en caso de haber un riesgo cardiovascular superior al 10% en los próximos 10 años.
Sin embargo, es importante destacar que en pacientes con diabetes tipo 2 con bajo RCV (menos del 5% en 10 años), generalmente no se recomienda el uso de AAS. Esto se debe a que los riesgos potenciales de sangrado superarían los posibles beneficios.
En la prevención secundaria, para personas con enfermedad cardiovascular establecida, se recomienda una dosis baja de ácido acetilsalicílico (100 mg/día). Esta terapia ayuda a prevenir la recurrencia de eventos cardiovasculares en aquellos que ya han experimentado problemas en el corazón.
Un nivel adecuado de vitamina D es esencial para la salud. Se considera que un nivel óptimo es superior a 30 ng/ml. Si tus niveles de vitamina D están por debajo de este umbral, tu médico podría recomendarte suplementos farmacológicos. La dosis necesaria variará según tu edad, la época del año y tus niveles anteriores de vitamina D. Además, es fundamental monitorizar tus niveles de vitamina B12, especialmente si estás tomando metformina.
Recuerda que la prevención es clave. Con un enfoque proactivo en la gestión de tu diabetes y la salud cardiovascular, puedes disfrutar de una vida más saludable y activa. Siempre busca el consejo de tus profesionales de la salud para tomar decisiones informadas sobre tu tratamiento y cuidado personal.
En España, existen diversas asociaciones que ofrecen información, apoyo y recursos a las personas con diabetes y sus familiares. Algunas de las más destacadas son:
Estas asociaciones y grupos de trabajo promueven el cuidado integral de la diabetes. Trabajan para mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad a través de la concienciación, la educación, el empoderamiento y la investigación.
La relación entre la diabetes y riesgo cardiovascular es estrecha y requiere de atención y cuidado. La buena noticia es que, aunque tener diabetes aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, también es cierto que tomar medidas preventivas puede ayudar a reducir ese riesgo.
Controlar los niveles de azúcar en sangre, mantener un peso saludable, hacer ejercicio regular y dejar de fumar son algunos de los hábitos más relevantes que puedes adoptar para cuidar tu corazón.
Además, no dudes en acudir a las asociaciones españolas de diabetes si necesitas información, apoyo o recursos para gestionar tu diabetes y tu salud cardiovascular. Recuerda hablar con tu médico sobre cómo puedes proteger tu corazón si tienes diabetes.
Juntos podemos proteger nuestros corazones y vivir con bienestar.
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