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Errores comunes con las inyecciones de insulina y cómo evitarlos (2023)

作者: Content Team

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阅读时间 16 min

Introducción

La diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula el azúcar en la sangre. Una carencia de insulina o resistencia a la misma provoca niveles elevados de azúcar en la sangre (hiperglucemia).


La administración de insulina es clave para el tratamiento y control de la diabetes. Esto es especialmente cierto en caso de:


  • Diabetes tipo 1: el páncreas no produce insulina, por lo que se requiere su administración diaria mediante inyecciones o bomba de insulina. 
  • Diabetes tipo 2: cuando los cambios en el estilo de vida y medicamentos orales no son suficientes para controlar los niveles de azúcar, se requiere insulina.
     

Existen diferentes tipos de insulina:


  • De acción rápida: comienza a hacer efecto en 15 minutos, con pico de 2 a 4 horas. 
  • De acción corta: hace efecto en 30 a 60 minutos, con pico de 2 a 4 horas. 
  • De acción intermedia: comienza su acción en 1 o 2 horas, con pico de 4 a 10 horas. 
  • De acción prolongada: empieza a actuar en 2 a 4 horas, efecto de hasta 24 horas.

La insulina se administra mediante inyecciones subcutáneas con jeringas, plumas de insulina o bombas de insulina. Es importante seguir una técnica de inyección adecuada para asegurar que la insulina sea absorbida de forma efectiva.


De lo contrario, una administración incorrecta puede provocar:


  • Hipoglucemia: niveles bajos de azúcar en sangre, por exceso de insulina. Sus síntomas son temblor, sudoración, irritabilidad, entre otros. 
  • Hiperglicemia: niveles altos de azúcar en la sangre al no recibir la dosis necesaria de insulina. Sus síntomas incluyen sed intensa, orinar frecuentemente, visión borrosa. 
  • Lipohipertrofia: engrosamiento de la grasa bajo la piel por inyectar insulina repetidamente en la misma zona. Esto dificulta la absorción de insulina. 

Tanto la hipoglucemia como la hiperglicemia reiteradas con el tiempo aumentan el riesgo de complicaciones:


  • Agudas: cetoacidosis diabética, coma hiperosmolar. 
  • Crónicas: enfermedad cardiovascular, nefropatía, retinopatía, neuropatía diabética.

Por ello, es esencial conocer los errores más comunes al inyectar insulina y cómo prevenirlos, para asegurar un tratamiento efectivo y prevenir complicaciones. En este artículo analizaremos los principales errores y las mejores prácticas recomendadas para la correcta administración de insulina.

Problemas más comunes con la inyección de insulina

La inyección incorrecta de insulina puede provocar diversos problemas que afectan la absorción y eficacia del tratamiento. A continuación, se detallan los problemas más frecuentes:

Sangrado y hematoma

El sangrado y la aparición de hematomas son comunes si no se sigue una técnica de inyección adecuada. Esto se debe a:


  • Inserción brusca de la aguja. Se debe insertar de forma suave y rápida, en un ángulo de 90°. 
  • Extracción brusca de la aguja. Retirar lentamente una vez inyectada la insulina. 
  • Frotar enérgicamente la zona tras la inyección. Se debe presionar suavemente con una torunda de algodón. 
  • Reutilización de agujas. Aumenta el sangrado y el dolor.

Si sangra o se forma un hematoma:


  • No frotar ni masajear la zona. Esto empeora el sangrado. 
  • Presionar suavemente con una torunda de algodón durante 30 segundos. 
  • Evitar inyectar insulina en la zona del hematoma hasta que se reabsorba por completo. La insulina se absorberá de forma impredecible. 
  • Aplicar hielo envuelto en un paño ayuda a reducir la inflamación.

No purgar el aire

Antes de inyectar la insulina es esencial purgar el aire del frasco de insulina y de la jeringa o plumín. Esto implica:

  • Comprobar que la aguja está bien puesta y la insulina líquida. 
  • Con la aguja apuntando hacia arriba, empujar el émbolo para expulsar las burbujas de aire y verificar que no quedan unidades de insulina atrapadas. 
  • Verificar que salga insulina por la punta de la aguja.

No hacerlo puede provocar:

  • Inyección de aire y no de insulina, por lo que no hará efecto. 
  • Dolor y sensación de quemazón durante la inyección. 
  • Mayor riesgo de sangrado e inflamación. 
  • Imprecisión en la dosis inyectada.

No esperar suficiente tiempo

Tras insertar la aguja e inyectar la insulina se debe esperar 5 a 10 segundos antes de extraerla. Esto evita:

  • Filtración de insulina por el orificio de salida. Esto provoca que parte de la dosis no sea absorbida. 
  • Riesgo de sangrado. La extracción rápida puede dañar vasos sanguíneos. 
  • Dolor e inflamación en el sitio de inyección. 
  • Formación de hematomas o bultos bajo la piel.

En caso de usar insulina de acción rápida se deben esperar 10 segundos. Con la de acción lenta al menos 5 segundos. Contar en voz alta ayuda a respetar este tiempo de espera.

No rotar los sitios

Es importante rotar los sitios de inyección dentro de una misma zona para permitir que la piel se regenere y evitar lipohipertrofias. Esto implica:

  • Alternar entre abdomen, muslo, brazo, glúteo. 
  • Dentro de una zona, variar cada día unos 2 cm respecto al sitio anterior. 
  • No inyectar en zonas con cicatrices, hematomas, sensibilidad o enrojecimiento.

Rotar sitios ayuda a que la insulina se absorba de forma uniforme y consistente. De lo contrario, se pueden formar zonas de lipohipertrofia, con tejido endurecido que dificulta la absorción de insulina.

Técnica de inyección de insulina

Para prevenir errores y asegurar una correcta absorción, es esencial seguir una adecuada técnica de inyección de insulina. Esto incluye:

Preparación

  • Lavarse las manos con agua y jabón antes de manipular la insulina y realizar la inyección. Así se evita contaminación. 
  • Verificar la fecha de caducidad de la insulina. No utilizar si está caducada o presenta cambios de color o consistencia. 
  • Agitar suavemente el vial o plumín de insulina para homogenizar la suspensión antes de extraer la dosis. Esto garantiza una mezcla uniforme. 
  • Utilizar una aguja nueva estéril para cada inyección. Las agujas pierden agudeza con el uso.

Purga de aire

  • Con la insulina ya extraída en la jeringa y la aguja colocada, purgar el aire sosteniendo la jeringa con la aguja hacia arriba y empujando el émbolo para que salga el aire.
  • Verificar que salga una gota de insulina por la punta de la aguja. De lo contrario, repetir el paso anterior.

Inserción de la aguja

  • Desinfectar la piel en el sitio de punción con alcohol isopropílico y dejar secar. 
  • Pellizcar suavemente la piel. Esto facilita insertar la aguja debajo de la piel en un ángulo de 90 grados en el lugar de la inyección elegido. 
  • Insertar la aguja en un ángulo de 90° con un movimiento firme y rápido. Esto minimiza el dolor. 
  • Soltar el pellizco de piel y empujar lentamente el émbolo hasta inyectar toda la dosis.

Extracción y cuidados posteriores

  • Esperar 5 a 10 segundos antes de retirar la aguja, para evitar filtración. 
  • Extraer la aguja suavemente, con el mismo ángulo de inserción. 
  • Presionar levemente con una torunda de algodón, sin frotar. 
  • Desechar la aguja en un contenedor para objetos punzocortantes. 
  • Verificar el sitio de inyección. No debe sangrar ni mostrar enrojecimiento o dolor.

Seguir estos pasos de forma sistemática y correcta es clave para una inyección segura y efectiva. La técnica adecuada minimiza errores y complicaciones. Es recomendable revisarla periódicamente con el personal de salud.

Errores frecuentes al inyectar insulina

A pesar de la importancia de una buena  técnica de inyección, son frecuentes ciertos errores que afectan la dosificación y absorción de la insulina:

Reutilización de agujas

Usar la misma aguja para múltiples inyecciones es un error muy común por motivos de comodidad o para reducir costos. Sin embargo, esto implica:

  • Mayor dolor durante la inserción, por el uso reiterado que deteriora la punta. 
  • Mayor riesgo de infección, por la entrada de gérmenes a través de la aguja. 
  • Menor absorción de insulina, por el desgaste del bisel de la aguja. 
  • Mayor probabilidad de sangrado y hematomas.
  • Riesgo de rotura de la aguja dentro de la piel.

Lo recomendado es usar una aguja nueva estéril para cada inyección, tanto si se usan jeringas como plumas de insulina.

No revisar y actualizar la técnica

Con el tiempo, las personas tienden a relajar su técnica de inyección y cometer errores. Es importante:

  • Reeducarse periódicamente con el personal sanitario para refrescar la técnica. 
  • Leer las instrucciones del fabricante sobre cada nuevo dispositivo de inyección. 
  • Corregir malos hábitos, como no purgar el aire, insertar la aguja de forma incorrecta, no rotar sitios. 
  • Aclarar dudas y consultar al médico o enfermera ante cualquier problema persiste.

Mantenerse actualizado y no confiarse de la rutina es vital para prevenir errores.

No rotar sitios de inyección

Inyectar repetidamente en la misma zona puede ocasionar lipohipertrofias, acumulación de tejido adiposo que se vuelve resistente a la insulina. Esto se debe evitar:

  • Alternando las zonas de inyección de manera sistemática entre abdomen, muslos, glúteos, brazos. 
  • Rotando dentro de una misma zona, distanciando al menos 1 cm respecto al sitio previo. 
  • Evitando inyectar en zonas con lipohipertrofias, cicatrices o hematomas previos. 
  • Revisando frecuentemente si aparecen zonas endurecidas o abultadas.

Rotar adecuadamente los puntos de inyección garantiza una absorción uniforme de la insulina. Hay que examinar la piel para detectar tempranamente alteraciones.


No saber medir adecuadamente la dosis correcta de insulina que se va a inyectar es también frecuente en pacientes noveles o con destreza manual limitada. Esto puede llevar tanto a la aplicación de una cantidad de insulina insuficiente como un exceso peligroso si no se mide correctamente.

Errores frecuentes al usar una bomba de insulina

Las bombas de insulina son dispositivos que administran insulina de forma continua y programable mediante un catéter insertado bajo la piel. Su uso correcto es fundamental, pero existen errores habituales:


  • Muchos usuarios tienden a sobre corregir la hiperglucemia enviando bolos de insulina adicionales de forma repetida cuando la glucosa no baja. Hay que considerar que la insulina tarda en actuar y hacer efecto, por lo que es preciso aguardar entre 2-4 horas antes de administrar bolos adicionales. De lo contrario, se corre el riesgo de provocar una hipoglucemia por exceso de insulina. 
  • Otro error frecuente es utilizar un solo patrón de basal, es decir, la misma tasa de perfusión de insulina durante las 24 horas. Lo ideal es personalizar al menos 3-4 patrones de basal distintos según las necesidades en diferentes momentos del día: al despertar, pre y post ejercicio, por la noche, etc. 
  • Asimismo, muchos usuarios se basan en una sola proporción insulina-carbohidratos. Sin embargo, esta relación cambia a lo largo del día y según la actividad. Es recomendable ajustar la proporción para el desayuno, almuerzo, cena y snacks. 
  • Algunos dependen exclusivamente de la bomba de insulina y abandonan otras medidas importantes como el monitoreo de glucemia, la cuenta de carbohidratos o el ajuste de dosis según actividad física. La bomba es una herramienta, pero no reemplaza el autocontrol. 
  • Finalmente, problemas técnicos como oclusiones, desprendimiento del catéter o mal funcionamiento de la bomba son comunes. Es vital estar preparado y contar con insulina y jeringas para inyectarse en caso de fallo del dispositivo. Revisar y rotar el equipo de infusión según las indicaciones también previene contratiempos. 

En definitiva, la capacitación adecuada, el aprendizaje continuo y la revisión periódica con el equipo médico son esenciales para utilizar correctamente la bomba de insulina y prevenir incidentes.

Errores de medicación

Los errores de medicación son una de las principales causas de efectos adversos evitables relacionados con la administración de insulina. Entre los más comunes se encuentran:

Desconocimiento o falta de formación

Muchos profesionales sanitarios como enfermeras tienen falencias en sus conocimientos sobre los diferentes tipos de insulinas, acción, dosificación, conservación y técnicas de administración. Esto puede llevar a:

  • Confusión entre los distintos tipos de insulina y administración del tipo erróneo. 
  • Cálculo incorrecto o impreciso de las dosis prescritas. 
  • Técnica de inyección inadecuada que afecta la absorción. 
  • Mala conservación que altera la eficacia de la insulina.

Es indispensable una sólida formación y capacitación continua sobre el manejo seguro de la insulina para todo el personal sanitario involucrado.

Errores en la prescripción médica

Los errores en la prescripción también son frecuentes, como:

  • Omisión de la prescripción o dosis insuficiente para las necesidades del paciente. 
  • Dosis excesivamente altas por encima de las recomendadas. 
  • Tipo de insulina no adecuado para el paciente, como la elección de insulina de acción rápida en lugar de una de acción prolongada. 
  • Falta de instrucciones claras para el paciente sobre cómo y cuándo administrar la insulina.

Es crucial que los médicos prescriptores tengan un conocimiento sólido de la insulina y sus diferentes tipos, así como la capacidad de adaptar las dosis y pautas de administración a las necesidades individuales de cada paciente.

Errores en la dispensación

Errores en la farmacia durante la dispensación también pueden ocurrir, como entrega de un tipo de insulina diferente al prescrito, dosis incorrectas o confusión entre pacientes en caso de nombres similares. Es vital verificar meticulosamente que el producto, concentración, dosis y paciente sean los correctos.

Prevención de errores de medicación

Prevenir errores de medicación implica formación continua, verificación de la prescripción y dispensación, comunicación clara entre el equipo sanitario y el paciente sobre el tratamiento insulínico pautado.

Errores comunes para aplicar la insulina en diabéticos

Los propios pacientes diabéticos cometen a menudo errores a la hora de aplicarse la insulina que afectan la efectividad del tratamiento. Algunos de los más habituales son:


  • Inyectar la insulina en una extremidad que se va a utilizar justo después para realizar ejercicio físico intenso. Los músculos en actividad favorecen una absorción más rápida, lo que aumenta el riesgo de hipoglucemia. Es mejor elegir una zona alejada del grupo muscular principal que se empleará. 
  • No saber medir adecuadamente la dosis que se va a inyectar es también frecuente en pacientes noveles o con destreza manual limitada. Esto puede llevar tanto a la aplicación de una dosis insuficiente como un exceso peligroso de insulina si no se mide correctamente la cantidad a inyectar. Supervisar inicialmente la técnica de los pacientes y utilizar plumas premarcadas puede ayudar a minimizar este problema. 
  • Aplicar la inyección en zonas donde es más dolorosa la punción es otro error habitual. Esto ocurre sobre todo en niños o personas con miedo a las agujas. Si se insiste en zonas dolorosas, el paciente puede desarrollar resistencia y abandono al tratamiento. Se debe instruir para rotar adecuadamente por sitios menos sensibles como la parte lateral del abdomen. 
  • La falta de rotación de los puntos de inyección también se observa frecuentemente por comodidad o desconocimiento. Esto aumenta el riesgo de lipohipertrofias y alteración en la absorción de la insulina. La educación sobre la importancia de alternar sitios es clave. 

En definitiva, la formación rigurosa de los pacientes sobre la técnica correcta de inyección, rotación de zonas y selección de lugares apropiados es primordial para un uso seguro y efectivo de la insulina. El seguimiento periódico por parte del equipo sanitario ayuda a corregir y prevenir errores.

¿Por qué la insulina que me inyecto ya no me está funcionando?

Aunque la insulina es un tratamiento efectivo para controlar la diabetes, algunas personas encuentran que su insulina parece funcionar menos con el tiempo. Esto puede deberse a varios factores:

  • Falta de rotación de los puntos de inyección: Inyectar repetidamente insulina en la misma zona puede provocar lipohipertrofia, es decir, una acumulación de tejido adiposo que se vuelve resistente a la acción de la insulina. Es esencial rotar adecuadamente los sitios de inyección entre diferentes áreas como abdomen, muslos, brazos, glúteos para permitir que la piel se regenere y absorba bien la insulina. 
  • Problemas en la apariencia de la insulina: La insulina puede volverse menos efectiva si presenta cambios visibles como alteración del color, presencia de partículas en suspensión o consistencia turbia. Esto indica algún problema en la integridad de la insulina, bien por mala conservación o por deterioro de la fórmula. Hay que desechar esa insulina y utilizar un nuevo vial o plumín. 
  • Almacenamiento incorrecto: Si la insulina se expone a temperaturas demasiado altas o bajas durante largos periodos, pierde potencia. Si la insulina glargina se expone a temperaturas demasiado altas o bajas durante largos periodos, pierde potencia. La insulina abierta se puede mantener 30 días a temperatura ambiente, pero la del vial cerrado debe permanecer refrigerada. 
  • Problemas en la técnica de inyección: Errores en la técnica como no purgar el aire de la jeringa, no insertar bien la aguja en el tejido subcutáneo, o retirar la aguja muy rápido pueden provocar que parte de la dosis inyectada se filtre y no sea absorbida de forma adecuada. 
  • Resistencia a la insulina: Con el tiempo, el organismo puede desarrollar resistencia a la acción de la insulina, de modo que se requieren dosis mayores para lograr el mismo efecto de control glucémico. En estos casos el médico puede reajustar la dosis o cambiar a un tipo de insulina más potente. 

En conclusión, si se observa disminución en la efectividad de la insulina, hay que revisar la técnica de inyección, rotación de sitios, apariencia y almacenamiento del producto. Y consultar al médico para descartar o confirmar resistencia a la insulina.

Técnica de aplicación

La técnica correcta de aplicación de la insulina es fundamental para garantizar que la dosis indicada sea absorbida de manera adecuada y el tratamiento resulte efectivo.

Preparación

Antes de aplicar la inyección se debe:

  • Lavarse las manos con agua y jabón para evitar contaminación en el lugar de punción.
  • Verificar la fecha de vencimiento y aspecto de la insulina. No se debe utilizar si está turbia, decolorada o presenta partículas en suspensión.
  • Agitar suavemente el vial o plumín para obtener una suspensión homogénea, en caso de insulinas turbias. Las soluciones claras no requieren agitación.
  • Colocar la aguja nueva en la jeringa o plumín. Nunca reutilizar agujas.

Purga de aire

Luego se debe purgar el aire de la jeringa antes de la inyección:

  • Con la aguja hacia arriba, empujar el émbolo para expulsar las burbujas de aire. 
  • Verificar que aparezca una gota de insulina en la punta de la aguja. De lo contrario, repetir el paso anterior.

Inyección

Para inyectar la insulina correctamente se recomienda:


  • Limpiar la piel del sitio de punción con alcohol isopropílico y dejar secar. 
  • Pellizcar suavemente la zona para insertar la aguja entre 1 a 2 pulgadas en ángulo de 90° de forma rápida y firme. 
  • Inyectar la dosis de manera lenta y uniforme. 
  • Esperar 10 segundos antes de retirar la aguja para evitar filtración.

Después de la inyección

Posterior a la aplicación es importante:

  • Presionar suavemente con una torunda de algodón sin frotar. 
  • Verificar que no haya sangrado ni hematomas en el sitio. 
  • Desechar la aguja en un contenedor para objetos punzocortantes.

Seguir rigurosamente estos pasos garantiza que la dosis completa de insulina sea administrada y absorbida de forma adecuada. La técnica debe revisarse y actualizarse de forma periódica con el personal sanitario.

Conclusión

La administración segura y efectiva de la insulina es fundamental para el control adecuado de la diabetes y la prevención de complicaciones agudas y crónicas. Desafortunadamente, son frecuentes diversos errores tanto en la técnica de inyección como en el manejo y almacenamiento de la insulina.


Los problemas más comunes que se deben evitar incluyen el mal almacenamiento que altera la integridad del producto, la reutilización de agujas que provoca dolor y sangrado, y la falta de rotación de los sitios de inyección que lleva a lipohipertrofias y absorción irregular.


Asimismo, es imprescindible purgar correctamente el aire de la jeringa antes de la inyección, insertar la aguja de forma rápida y firme, mantener la piel estirada y retirar la aguja lentamente. El seguimiento riguroso del procedimiento disminuye errores y maximiza la efectividad.


La educación exhaustiva de los pacientes y el personal sanitario es indispensable. Se debe revisar y actualizar la técnica de forma periódica, leer las instrucciones del fabricante sobre cada dispositivo y resolver dudas con experto.


En conclusión, aplicar las recomendaciones descritas en este artículo permite optimizar la administración de insulina, obtener un mejor control de la glucemia y prevenir complicaciones agudas y crónicas, mejorando la calidad de vida de los pacientes con diabetes.

InsuJet: una alternativa sin agujas para la administración de insulina

InsuJet es un innovador dispositivo para la aplicación de insulina sin necesidad de agujas. Funciona mediante un chorro de alta velocidad que atraviesa la piel y deposita la insulina en el tejido subcutáneo.

Las principales ventajas de InsuJet son:


  • Elimina el dolor y el miedo a las agujas. 
  • Reduce el riesgo de sangrado, hematomas e infección. 
  • No hay riesgo de reutilización de agujas. 
  • Evita los problemas de desecho inadecuado de agujas usadas. 
  • Permite la administración más rápida y sencilla de la insulina. 
  • Es adecuado para niños y personas con requerimientos especiales.

De esta manera, InsuJet resuelve muchos de los problemas e inconvenientes asociados al uso de agujas, mejorando la adherencia al tratamiento con insulina.

Preguntas frecuentes

¿Cómo puedo saber si estoy inyectando insulina correctamente?


Verificando la técnica con un profesional sanitario, siguiendo todos los pasos recomendados y observando que no haya sangrado, dolor o hematoma luego de la inyección.


¿Con qué frecuencia debo cambiar el sitio de inyección de insulina?


Se recomienda rotar los sitios de inyección cada día. Dejar 1-2 cm de distancia entre un sitio y otro dentro de una misma zona.


¿Puedo reutilizar las agujas de insulina?


No, las agujas son desechables y de un solo uso. Reutilizarlas aumenta el dolor, el riesgo de infección y disminuye la absorción.


¿Cómo debo conservar la insulina no utilizada?


Refrigerada entre 2-8°C sin congelar. Una vez abierta, se puede mantener máximo 30 días a temperatura ambiente menor a 30°C.


¿Se puede automedicar insulina sin supervisión médica?


No. La insulina es un medicamento que requiere prescripción y seguimiento médico estricto. Las dosis deben ajustarse de forma individual.


¿Duele la inyección de insulina?


Usualmente no si se realiza correctamente. Se puede sentir un leve pinchazo al insertar la aguja. Una técnica inadecuada puede provocar mayor dolor.

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